lunes, 19 de enero de 2009

Ciudadano comprometido, laico ejemplar.

Antes de comenzar... ¿Qué significa "ser laicos"?

Lat. laicus, laico. Partiendo del significado del término según el diccionario es el "conjunto de aquellos Cristianos que no forman parte del clero. Consecuentemente la palabra laico no connota ninguna idea de hostilidad hacia el clero o hacia la iglesia, mucho menos hacia la religión.

Por ello, Laicización, considerada etimológicamente, significa simplemente la reducción a condición de laicos de personas o de cosas que tienen un carácter eclesiástico.

Pero en tiempos recientes, especialmente en Francia, la palabra laico ha asumido un significado decididamente anticlerical y aún antirreligioso que ha sido extendido también a los derivados laicizar y laicización. Este cambio parece haberse originado en las luchas y controversias a la vez políticas y religiosas que han surgido en ese país en relación a la cuestión educacional; maestros que pertenecen a congregaciones religiosas (congréganistes) han sido sacados de las escuelas públicas; en ellas ha sido prohibida toda educación religiosa, y este nuevo carácter laico (laïcité) de la escuela pública se ha declarado que es esencial e inviolable. La expresión, en otro tiempo común, ha recibido una formidable extensión y un agresivo significado antirreligioso aplicado a todo lo que, aunque más o menos remotamente, se relacione con la Iglesia Católica o aún a la religión en general.

Así que es común designar como "laicizada" a cualquier institución sustraída de la influencia de la autoridad eclesiástica o religiosa, o de la que ha sido excluido el sacerdote y su ministerio. Una escuela "laica", es entonces una en la que no sólo no hay lugar para el catecismo o el sacerdote, sino que la instrucción impartida ignora toda religión y a Dios mismo; legislación "laica" es la que no está inspirada por ninguna idea religiosa, que contempla la sociedad como atea y reduce el culto religioso a actos puramente voluntarios de individuos; finalmente el estado o Gobierno "laico", es uno que no reconoce ninguna Iglesia, ninguna religión, y la que excluye aún el nombre de Dios de todas sus instituciones o establecimientos y de todos sus actos. Se ha hecho un intento de establecer una moralidad "laica", es decir, una moralidad independiente de toda religión revelada, como si la moral Cristiana fuese de alguna manera diferente de los dictados de la ley natural; mientras que algunos piensan que pueden establecer una moralidad racionalista sin religión y sin Deidad.

Por tanto es evidente que la laicización así entendida, va mucho más allá de la "igualdad", por la que el estado reconoce que las varias confesiones o religiones poseen derechos iguales; esto es mucho más que "neutralidad" la actitud adoptada por el estado en sus tratos con las diversas confesiones a las que pertenecen sus ciudadanos.

Aclarando también que la situación no es la misma en todos los países; en Francia la secularización y laicización oficiales han sido llevadas a límites extremos..." *

Pero... esta ahora denominada "laicización" que casi ha aniquilado por completo la fe del ciudadano... ¿los ha dotado de más valores humanos, morales y éticos? O ha contribuìdo a que paulatinamente los vayamos abandonando? Esa es sólo una simple curiosidad que tengo, nada más...


Volviendo al original significado del tèrmino "laico" (o sea, cristianos que no son parte del clero) muchos católicos piensan que no pueden hacer mucho, y menos aportar algo bueno a la sociedad, al Estado, a través de su fe y su devoción a Dios.
Sin ir más lejos, aquí en Argentina tenemos un hombre que desde su lugar de ciudadano comprometido y responsable, colabora transmitiendo valores cristianos a través de su apostolado y su vida.

Como prueba de ello, el famoso Portal Web "Catholic.Net" lo distinguió como "laico ejemplar": Me refiero al Señor Carlos Artusa, perteneciente a la Diócesis de Avellaneda- Lanús.

El Sitio Católico al cual hago referencia se interiorizó sobre la vida y la historia personal de este ciudadano, pero en particular, sobre su maravilloso testimonio que ha tocado los corazones de muchas personas:
(para ver el testimonio, les facilito el link:)

Que historia tan hermosa, verdad? Y que bueno encontrar personas de buena voluntad, que siguen los caminos del Señor, con fe, esperanza, alegría y fortaleza espiritual... sin dejar de lado su rol ciudadano, comprometido, responsable y sobre todo, con gran amor por su Patria, donde Dios lo hizo nacer, crecer, trabajar... ¡¡¡Vivir!!!
Saludos a todos. Que Dios los bendiga en abundancia.

* Fuente: Aciprensa.com


martes, 6 de enero de 2009

No dejemos que el Ciudadano baje los brazos

El ciudadano de hoy en día parece haber caído en la tristeza y nostalgia. A pesar de conocer sus derechos y obligaciones, están sumergidos en una suerte de total descreimiento de las autoridades políticas... y no es para menos...

Sienten, cada vez más, que no sirve de nada pagar los impuestos, y sus ingresos muchas veces no alcanzan para la adquisiciòn de productos elementales...

Encima no ven mejoras en la Sociedad, al contrario, ven que los servicios públicos cada día van desmejorando, con sólo visitar los hospitales y las escuelas se pueden evidenciar estos fenómenos tan tristes, y preocupantes., y ni hablar de la inseguridad que día a día se vivencia y que a cada rato los medios de comunicación se encargan de difundir de manera alarmante...

¿Pero este es un fenómeno que sólo se ha dado en la actualidad, o desde siempre, ha habido algún tipo de injusticia? A groso modo, se puede leer el Antiguo Testamento y allí algo se puede entender... un ejemplo, se encuentra en el libro de Eclesiastés.

Lo realmente evidenciable es que, toda la responsabilidad no se acaba en el actuar estatal, sino que, en cada uno de nosotros se encuentra la semilla de la bondad, como portadores de valores, somos el resultado de muchos acontecimientos buenos y malos... y a pesar de todo, aún no se sabe apreciar el privilegio de formar parte de una comunidad política y jurídicamente organizada, que la historia misma se encargó de forjar, a través de tantas luchas y rebeliones...

Sólo cuando se tiene el total convencimiento de la importancia de la convivencia humana... se empieza a revertir la visión negativa que se tiene, ya que no somos animales ni seres salvajes o irracionales que desean vivir en una selva, alejados de la ley y de los mandatos, sino que, con total conciencia y fe deseamos unirnos para delegar el poder a los representantes (gobernantes) para que sean ellos mismo los encargados de crear una cierta armonía... aunque muchas veces, desaprecibida a causa del malestar...

Y tampoco es para echarle la culpa a Dios, o simplemente negar su existencia, como muchos escépticos hacen. Dios sí existe, y siempre ha querido el orden, en todos los sentidos: espiritual, y material, y por eso debemos destacar que, a pasar de tantos malos momentos que vivimos, e incluso, de los males que parecen aquejar al mundo, tenemos a un Dios que todo controla bajo su mirada paternal, y su divina providencia. La voluntad de Nuestro Padre Celestial es siempre buena y quiere lo mejor en nuestras vidas, sólo que, tanto pecado que habita en el hombre, hace que paulatinamente nos alejemos de su amor y su amistad, y por ello es fundamental el estado de gracia en el alma, para escuchar a Dios, y dejarnos transformar al igual que el barro con el alfarero.
Reflexionando un poco y meditando sobre los Sagradas Escrituras, en la época de Jesús muchos pensaron que El Señor, como Mesías y Salvador, los "salvaría" de pagar los impuestos y de cumplir sus deberes y obligaciones ciudadanas... sin embargo, Nuestro Señor fue muy claro en ese aspecto, ya que una vez respondiendo a los fariseos, dijo abiertamente: “Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios” (Mt 22, 15-21)
Con eso le cerró la boca a sus perseguidores, que querían denunciarlo a toda costa, y además, a través de muchas de sus parábolas, confirmó que Dios también usa como instrumento a los gobernantes, aunque a decir verdad... son ellos mismos los que se alejan de Dios (y de ahí las arbitrariedades manifiestas, que no hace falta mencionar, y que repercuten en todos...)
Que bueno sería, queridos hermanos, que nuestros gobernantes sean personas de fe (cualquiera sea su religión), temerosos de Dios, fervorosos y comprometidos con la labor que Dios le encomendó, ya que al fin de cuentas, llegaron al poder gracias a la elección democrática y esperanzada del pueblo. Que hermoso sería que fueran prudentes en el manejar del presupuesto nacional, en esa recaudación que confiadamente depositan los ciudadanos cumplidores, que buscan el bienestar general... y particular.
Y aunque parezca que se pide mucho, en realidad, sólo se pide lo básico, elemental y necesario, y que, al fin de cuentas, es lo que corresponde. Por eso... a no bajar lo brazos ciudadanos, que ello no es imposible.
Que Dios los bendiga.