domingo, 1 de marzo de 2009

Los gobernantes y el auxilio de lo Alto

Para que haya orden, se respeten los derechos individuales y todos los ciudadanos cumplan sus deberes, surge como algo indispensable la autoridad, representada por los hombres probos y sacrificados>>> Son los gobernantes, quienes asumen una gravísima responsabilidad ante la patria.

Los gobernantes deben procurar permanentemente el bien y la felicidad de los ciudadanos, respetando los derechos y libertades de todos; deben evitar los males y los peligros contrarios al bien común: distensiones, subversiones, guerras internas y externas, entidades y asociaciones antisociales, espectáculos inmorales y todo lo que ofende a la fe, a los héroes, a los símbolos y a la dignidad de la patria; deben dictar leyes, hacerlas cumplir con equidad y ejercer la justicia sin parcialidades; deben mantener el orden público, eligiendo para los diversos cargos a ciudadanos honestos, prudentes y capaces, deben recordar siempre que han sido elegidos para servir y no para ser servidos, ni para valerse de los ciudadanos o de los bienes de la comunidad para su personal provecho, placer o capricho; deben, finalmente, buscar la grandeza y prosperidad de la patria, no la propia gloria y el aplauso.
Si los gobernantes -dice la Sagrada Escritura- no cumplen con su deber, Dios los someterá a un juicio riguroso.

Un buen caso a citar es Marco Porcio Catón (243-148 a. de J.C.), ilustre y célebre romano, quien fue un ejemplo de austeridad, sencillez y honradez. Acrecentó las rentas del Estado, refrenó el lujo y expulsó del Senado a sus miembros corrompidos. La envidia de algunos y la integridad d otros impidió que tuviera una estatua en el Capitolio. Sin embargo, la posteridad lo honra por su virtud, y la verdad… que bien haría a nuestra Patria un hombre con esas cualidades…!

Pero también es cierto, que los gobernantes deben recurrir al auxilio de lo alto, porque “Si el Señor no construye su casa, en vano se cansan los que la edifican”… y así lo comprendieron nuestros héroes máximos, San Martín y Belgrano, que mientras de día de ocupaban en preparar el ejército, de noche rezaban el Rosario con la tropa.

Y ello, porque mal que les pese a algunos, toda autoridad viene de Dios, como el mismo Jesucristo dice a Pilato: “No tendrías autoridad si no te hubiese sido dada de lo alto” (Jn 19,11;), y debemos obediencia a la autoridad, como enseña San Pablo a Tito: “Exhórtales que vivan sumisos a los magistrados y a las autoridades, que les obedezcan y estén prontos para toda obra buena“ (Tito 3,1).

Además dice la Sagrada Escritura: “…Por mí reinan los reyes y los soberanos decretan la justicia; por mí gobiernan los príncipes y los nobles juzgan la tierra…” (Proverbios 8, 15-16)

Con esto podría concluir la nota diciendo que los gobernantes, además de aspirar a la perfección del actuar humano, deberían, inexorablemente, tener plena conciencia que el poder que ostentan está bajo la continua mirada de Dios, y de todo no sólo deberán rendirnos cuentas a nosotros, los ciudadanos, sino que también ante El Señor... sobre todo por las injusticias que voluntariamente han ocasionado (tanto por acción u omisión).

¡Pero qué difícil parece! Si en muchos casos, en sus vidas privadas, y aún antes de ser funcionarios, no han llevado un estilo de vida ordenado, coherente, con valores morales (para no decir cristianos ya que en muchos casos parece una idea difícil de concebir…)
Además el pueblo argentino está cansado de gobernantes que manejan el país de manera arbitraria y que nunca rinden cuentas de sus acciones… el “mea culpa” parece que no es algo que tengan incorporado en sus diccionarios… y por más que intenten distraer la atención popular mediante chismes y ridiculeces infantiles, la gente no se olvida, que en el país se está pasando por una crisis económica muy grande, el índice de desempleo es alarmante, y crecen las denuncias por corrupción, malversación de fondos, tráfico de influencia, y mal manejo en lo que respecta a la distribución y control de los recursos naturales...

Lo más sorprendente es que tuvo que salir la popular conductora televisiva argentina, para gritar a cuatro vientos, entre otras cosas, que “lo único que pide es que los gobernantes cumplan con su trabajo”… para causar la reacción y respuesta de ciertos dirigientes ante la creciente inseguridad que se vivencia, y si bien sus palabras surgieron en declaraciones a la prensa tras la muerte de su íntimo colaborador, (otra víctima fatal de un hecho delictivo), lo cierto es que, con su discurso hizo despertar de la siesta a algunos olvidadizos prometedores de bienestar en épocas electorales...
Bueno hermanos, espero que de una vez por todas la clase dirigente entienda que cada una de sus malas actitudes y acciones (en lo que respecta al cargo político en cuestión) son como semillitas generadoras de sentimientos negativos en el pueblo… por algo hay tanta violencia en las calles, y no sólo me refiero al plano delictivo, sino a nivel social-relacional entre los conciudadanos… que en vez de estar más unidos, están más divididos... síntomas que no son más que el reflejo del malestar que llevan en su interior, en algo, causado por el enojo que sienten con sus gobernantes… democráticamente elegidos. Y con esto no estoy diciendo que cada uno de nosotros no asumimos responsabilidades en el crecimiento del país, porque bien conozco los derechos y obligaciones que a cada uno le corresponde como ciudadano, sino más bien, estoy tratando de entender la dirigencia política que arma y desarma discursos, proyectos, planes... (y presupuestos...)

Por eso les pido oración por nuestros gobernantes, y como dice San Pablo: “… recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad…” (1Tim 2,1-2)
Respetándolos, pero también debemos tener un rol activo, en el ámbito que a cada uno nos toque en la vida cotidiana, convirtiéndonos en portadores de esperanza y ánimo para aquellos que aún no encontraron la fe, “el camino, la verdad y la vida” que viene de lo alto.
Saludos y bendiciones.

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