miércoles, 8 de julio de 2009

Se necesitan gestos de grandeza para lograr una sociedad inclusiva

En vísperas del 9 de Julio, fecha de un nuevo aniversario de la Declaración de la Independencia, el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, destacó que “celebrar es un signo de vida y de salud espiritual para una comunidad, porque es un momento de reflexión sobre el camino recorrido, pero también un renovar los compromisos que estamos llamados a asumir”.

Tras advertir que “no debemos quedarnos sólo en el cotillón del festejo exterior”, subrayó que “toda comunidad necesita espacios de celebración para expresar su gratitud, acrecentar los lazos de comunión y contemplar juntos el futuro como una tarea que nos compromete a todos”.

“La gratitud mira a nuestra historia, a los que nos precedieron, los lazos de comunión son un imperativo moral de solidaridad en el presente, y la esperanza nos habla de una responsabilidad creativa frente al futuro”, aseguró.

Ante la emergencia sanitaria provocada por la gripe A, el prelado pidió “extremar los cuidados y asumir las responsabilidades de una situación que, tal vez tardíamente, registraron su gravedad las autoridades nacionales”, y expresó su deseo de que “con el esfuerzo de todos podamos superar esta emergencia”.

“Venimos de participar, en el marco y en el ejercicio de la Constitución, del reciente proceso eleccionario, que tiene por finalidad ir recreando periódicamente las instancias y referencias políticas, que deben mantener y orientar el ‘bien común’ de la sociedad, que es ‘aquel conjunto de condiciones de vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección’”, recordó.

El arzobispo sostuvo que “es en el ámbito de este ‘bien común’ donde nos encontramos y nos definimos ‘gobernantes y gobernados’, y es en su horizonte de valores, de respeto y libertad, donde adquieren su lugar las diversas ideas y proyectos que, en el noble y necesario ejercicio de la política, se debe ir desarrollando y perfeccionando la calidad de vida de la comunidad”.

“A esa riqueza del pasado que nos ilumina en el presente y nos abre hacia el futuro, la llamaría ‘la sabia y fecunda dinámica de la historia’, porque nos preserva de caer en fundamentalismos nostálgicos como en utopías sin raíces. El peso de la historia con sus valores y opciones morales no es un freno a la creatividad, sino la garantía de un crecimiento cultural y elevación de la condición humana en la línea de la verdad, del bien y la belleza. Una actitud de ruptura con lo anterior no siempre es signo de un crecimiento auténtico, ni de algo nuevo para el hombre y la sociedad, sino más bien una novedad que al no tener raíces tampoco tiene futuro. Recordar, asumir y purificar el pasado es la base de una comunidad madura y garantía de una libertad creadora”, reflexionó.

Por último, monseñor Arancedo llamó a pedirle al Señor que “nos acompañe para dar lo mejor de cada uno de nosotros, en bien de nuestra Patria, en este 9 de Julio que vamos a celebrar. Ella reclama de sus hijos gestos de grandeza moral, que nos permitan ser ‘protagonistas creativos’ de su futuro. Queremos sentirnos, Señor, constructores del bien de nuestra ciudad y de nuestro país, para crear las condiciones de una sociedad más justa, solidaria e inclusiva, donde todo hombre encuentre en ellos el respeto por su dignidad y la posibilidad de su desarrollo integral”


Programa especial de radio
Mañana, de 7 a 12, la Cadena Mariana de la Fe, que integran emisoras de AM y FM católicas y no confesionales del país, transmitirá un programa especial titulado “¡Oíd Mortales…! Dios y la patria”.
Informes: www.cadenamarianadelafe.com.ar o http://www.fmprovidencia.com.ar/

fuente: aica.org

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