miércoles, 24 de agosto de 2011

Publicación digital del libro: "La vida, primer derecho humano"


Respondiendo a la invitación de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina en su declaración titulada "No una vida, sino dos", la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) elaboró una publicación dedicada al tema, titulada "La vida, primer derecho humano", que se encuentra a disposición de los interesados en su formato digital y que será enviada a los legisladores en versión impresa.

De esta manera, la Facultad quiere responder al pedido de los obispos en el sentido de que "los fieles laicos se expresen con claridad a favor de la vida humana", "con el máximo respeto, eliminando toda forma de violencia y de agresividad".

El decano de la Facultad, doctor Gabriel Limodio, al presentar la obra afirma: "Confiamos en que esta obra ayude a mantener firme un sistema jurídico que defienda y promueva la vida de cada persona, reconocida y respetada en su única e irrepetible individualidad, como unidad de cuerpo y alma abierta a la trascendencia y, por tanto, merecedora de una dignidad inalienable".

La publicación está disponible en el sitio de Internet de la Facultad:
http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo57/files/La_vida_primer_derecho_humano_UCA_2010.pdf


Informes: correo electrónico a leynatural@uca.edu.ar

Homenaje al Sr. Cnl. Argentino del Valle Larrabure

El martes 23 de agosto, en Plaza Mitre de la Ciudad de Buenos Aires, se realizó un sentido Homenaje al Sr. Cnl. Argentino del Valle LARRABURE, frente al Busto que lo recuerda e inmortaliza, a 36 años de su cruel, bárbaro y artero asesinato. Y a 37 años del inicio de su calvario.

El 11 de agosto de 1974, hace 37 años, un numeroso grupo de terroristas pertenecientes al ERP asaltaron y coparon la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de Villa María en la Pcia. de Córdoba. Contaron para ello con la colaboración de un soldado entregador, que estaba cumpliendo allí con el entonces servicio militar obligatorio, de nombre Mario Pettiggiani, quien pertenecía a dicha organización subversiva.

Recordemos que tanto el ataque a la mencionada Fábrica Militar como el posterior asesinato del Cnl. LARRABURE, acaecido un año después, tuvieron lugar durante la vigencia de un gobierno al menos formalmente constitucional. ¿Será por eso que se lo quiere mantener oculto desde las esferas oficiales, que nada dicen al respecto?. Cada cual sacará sus propias conclusiones...

Luego de finalizado tal asalto, que dejó heridos y muertos, se llevaron a dos rehenes: el Cap. ROBERTO GARCÍA y el My. ARGENTINO DEL VALLE LARRABURE. Ambos estaban destinados en dicha fábrica militar.
El primero de ellos, ante un intento de fuga, fue herido y dejado abandonado en un vehículo, que al día siguiente apareció en la Avda. Colón al 2500 de la capital cordobesa, con varios impactos de bala en el abdomen, marcas de quemaduras de cigarrillo, fracturas y contusiones en ambas piernas. Fue internado en el Htal. Aeronáutico de Córdoba, intervenido quirúrgicamente de urgencia y, luego de varios días de internación, pudo salvar su vida.

El My. LARRABURE no corrió la misma suerte. Como es bien sabido, estuvo secuestrado durante 372 días y, un 23 de agosto de 1975, se encontró su cadáver dentro de una bolsa abandonada en un zanjón próximo a la intersección de la Avda Ovidio Lagos y la calle Muñoz, de la ciudad de ROSARIO.
No me voy a cansar de destacar la templanza, el valor y el coraje de este HEROE de nuestro otrora glorioso Ejército argentino. Padeció todo tipo de torturas, tanto físicas como psíquicas, pero jamás se doblegó. Enfrentó a la adversidad con total valentía y dignidad. Pudo haber salvado su vida si se pasaba a las filas del ERP y colaboraba con ellos pero, como todo hombre de bien, de sólidos y acendrados principios morales y de una profunda fe religiosa, prefirió una muerte digna antes que una vida de humillación. Su respuesta ante ese ofrecimiento por parte de los guerrilleros fue: "por ese precio, no". Siguió a Cristo en su cruz. La autopsia habla por si sola de todos los tormentos que tuvo que soportar, con gran estoicismo de su parte, y recordemos que perdió 40 kg. de peso.

¡Que gran EJEMPLO que nos dio con su conducta intachable!.

Y por si todo ello no fuese suficiente, aún tuvo fuerzas para morir entonando las estrofas del Himno Nacional: "...LIBERTAD, LIBERTAD, LIBERTAD..."
"... CORONADOS DE GLORIA VIVAMOS. ¡O JUREMOS CON GLORIA MORIR!".
Su noble legado fue que hay que defender ese supremo valor de ser libres aún frente a la peor adversidad. Y él, como ciudadano y soldado cabal, lo cumplió con creces, ofrendando su propia vida en aras de la LIBERTAD, haciendo honor a la letra de nuestro himno, al cual cantó en sus últimos momentos, y al juramento que prestó cuando egresó del Colegio Militar de la Nación.
¡Y MURIÓ CON GLORIA!, como reza nuestra canción patria, y como solamente pueden morir los valientes y los grandes de espíritu. Hizo honor así a nuestro himno y a su juramento como soldado.

Los pensamientos que figuran más abajo fueron escritos por nuestro ilustre homenajeado mientras estaba injustamente cautivo, en condiciones infrahumanas, en una celda horrenda de escasísimas dimensiones, sin luz natural y sin ventilación, llamada por sus verdugos "¿cárcel del pueblo?". La lectura de los mismos refleja la gran dimensión moral del Sr. Cnl. (CON MAYÚSCULAS) Dn. ARGENTINO DEL VALLE LARRABURE, hecho reconocido inclusive por sus bárbaros captores:

"A Dios, que con tu sabiduría omnipotente has determinado este derrotero de calvario, a ti invoco permanentemente para que me des fuerzas.
A mí muy amada esposa, para que sobrepongas tu abatido espíritu por la fe en Dios.
A mis hijos, para que sepan perdonar.
Al Ejército Argentino, para que fiel a su tradición mantenga enhiesto y orgulloso los colores patrios.
Al pueblo argentino, dirigentes y dirigidos, para que la sangre inútilmente derramada los conmueva a la reflexión para dilucidar y determinar con claridad que somos hombres capaces de modelar nuestro destino, sin amparo de ideas y formas de vida foráneas totalmente ajenas a la formación del hombre argentino.
A mi tierra argentina, ubérrima y acogedora, escenario infausto de luchas fratricidas, para que cobije mi cuerpo y me dé paz".

Redactado por Arturo Larrabure.

Algunas consideraciones sobre la Ética Profesional

A nuestro alrededor, la palabra ética resuena como una voz distante y ajena a nuestro ser. Actuamos sin pensar en el bienestar del prójimo y lo miramos ajeno a nuestras vidas; encerrados en nuestros propios problemas, sólo nos ocupamos de
lo que nos beneficia en el corto plazo o nos causa satisfacción.

Si el mundo mira con esos ojos de indiferencia todo lo que le rodea, incluyendo su misma naturaleza humana, la ética se convierte en una realidad, que podría decirse, que ya no pertenece al ser del hombre y se convierte en anticuado quien la adopta como un valor fundamental en su vida y con el paso del tiempo lo que antes distinguíamos como bien o mal nos parece ahora la misma cosa.

Lo trascendente ya no es una palabra común en el vocabulario de muchos; esta palabra está quedando en desuso, se está convirtiendo en obsoleta. En otras palabras, partiendo del sentido estrictamente discursivo, ha “pasado de moda”. Por tanto hablar de la ética, es ahora hablar sobre un asunto “pasado de moda”, que se está quedando en el olvido.

Pero a caso, conocemos en verdad qué es la ética, o sólo la catalogamos en un sentido peyorativo; por creer que coarta nuestra libertad. Si bien es conocido el concepto de Ética que parte de la raíz griega “ethos” (carácter, temperamento, hábito, modo de ser) que hace hincapié en un modo de conducta que es adquirido por medio del hábito y no por disposición natural. Por su definición etimológica, la ética es una teoría de hábitos y costumbres. Comprende, ante todo, “las disposiciones del hombre en la vida, su carácter, sus costumbres y, naturalmente, también la moral.” (Aranguren).

Así, si un hombre que a lo largo de su caminar en la vida, la ve ajena de su ser, simplemente porque la palabra no es parte de su habla coloquial, ¿como podrá distinguir el concepto de “Ética Profesional”?, que tarde o temprano lo alcanzará, ya que por convicción o cualquier otro motivo, se dedicará a un oficio, trabajo o quehacer profesional, y cuando lo ejerza, este concepto de aplicación de la ética profesional no tendrá ningún eco en su interior porque siempre estuvo distante del mismo concepto.

La Ética Profesional entendiendo lo anterior, no es más que la proyección del quehacer del mismo ser, es decir, se trata de la fuerza moral en la que profesamos nuestras convicciones. La razón ética del trabajo tiene su fundamento en la fusión de la dignidad con el propio ser, como lo que esencialmente es en la labor que se desempeña. Por tanto, la eficiencia debe dejar de usar al hombre como medio para conseguir un fin, para que ante la exigencia ética se transforme la eficiencia. El trabajo es trascendente, y abarca la dimensión ética, porque puede hacerse bien o mal; el sentido ético de la vida es posible porque puede vivirse bien o mal. Y, desde la perspectiva de Aristóteles, en su Ética Nicomáquea”, se ha visto la compaginación estrecha entre vivir bien, obrar bien y ser feliz.

Si comprendemos esta gran pauta aristotélica, la Ética Profesional no depende directamente de ciertas normas o códigos de “ética” de distintos ámbitos profesionales. La Ética no tiene como finalidad, la de ponernos en el dilema de cumplir o no determinadas reglas morales. La Ética, en el sentido profesional, tiene que ver íntimamente con nosotros, está implicada en el modo de llevar a cabo nuestro quehacer, e implica entrega vocacional, responsabilidad, honestidad intelectual y práctica constante de lo que sabemos y lo que hacemos.

Este compromiso es tan profundo que en él, retomando de nuevo las ideas de Aristóteles respecto a las virtudes, afirma que “poco o nada tiene que ver el saber, pues para la ética valen más los actos de justicia, templanza, la responsabilidad, y especialmente la autenticidad.

La ética profesional es fundamentalmente un compromiso con lo que uno hace, con lo que cada ser humano es a lo largo de la vida, es una manifestación del servicio que tiene una dimensión en el ámbito social. La ética profesional podría sintetizarse en el fundamento ético de lo que hago y soy, es decir una forma determinada de vida.

Artículo elaborado por Luis Eduardo Olivera, de "Empresa Responsable AC".

martes, 9 de agosto de 2011

Periodismo con valores

El 9 de agosto se cumple un aniversario más de la partida a la Casa del Padre, del periodista Don Carlos Alberto García, quien fue el padre de mi esposa Paula, administradora de este espacio de blog.
Es por ello que decidí redactar esta nota para conmemorar esta fecha tan especial en honor a este gran hombre que con fe y amor se comprometió con la profesión, la cual yo también ejerzo por gracia de Dios desde hace algunos años.

Ejercer el periodismo en tiempos modernos es sin dudas tener la valentía y el coraje de llevar la bandera de la verdad y además para quienes cumplen un rol dentro de los medios masivos de comunicación es la gran responsabilidad de comunicar con justos criterios y de educar a través de los diferentes medios, formar y transmitir de buena fe y con la mayor objetividad posible todo aquello que acontece. También es formar opinión. Es brindar un servicio a la sociedad, que recibe el mensaje y confía en los referentes periodísticos.
Y para el periodista católico está la doble tarea que es informar de acuerdo a los santos evangelios y al Magisterio de la Iglesia. Esta tarea muchas veces es cuestionada por aquellos que con desprecio desprestigian la fe y a Dios, sumado a los tantos ataques y persecuciones propios de estos tiempos, hacia los católicos.
Como periodista hay que transmitir y enseñar los valores religiosos y los valores humanos, los más básicos, aquellos valores propios de una sociedad, los valores éticos y morales. Es difícil esta misión y como ayuda contamos con la presencia de Aquel que nos creó, que nos dio la vida y el espíritu, el mismo que nos da la sabiduría y fortaleza para emprender nuestros proyectos, y para saber discernir sobre el porqué de los acontecimientos cotidianos en la sociedad.
Que el Apóstol San Pablo y el Beato Santiago Alberione intercedan por todos los que trabajamos en los diversos medios de comunicación, incluyendo las redes sociales y todos espacios nuevos de internet.

Alejandro Barbieri