lunes, 13 de abril de 2009

Mensaje Pascual de Mons. Héctor Aguer

El arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Aguer, señaló que “el mensaje pascual, esperanzado y esperanzador, no es solamente para nosotros, sino también para la sociedad en la cual vivimos, es también para el mundo, para el universo entero”, pero aclaró que no se logra por un pase de magia, sino que “la gracia de la salvación requiere que los cristianos vivan intensamente su fe y la hagan cultura; que impregnen las realidades cotidianas con la energía de la Resurrección de Cristo. Hace falta una cultura cristiana para que las cosas cambien”.
El prelado se refirió puntualmente a la situación que vive la Argentina, a la que definió como un país que “desconcierta”, ya que “lleno de posibilidades y sin embargo lo vemos deshilachado, sin rumbo, sin destino”.
Tras advertir que “pareciera que todo tiene que renovarse y sin embargo todo vuelve hacia atrás, hacia las peores pesadillas de nuestra historia”, se preguntó “cómo podemos superar esta triste situación”. “Es necesario reeducar a toda una generación, o quizás a varias generaciones, en los verdaderos valores, en los grandes valores superiores. Es necesario promover la civilidad activa en todos los habitantes de este suelo, para que dejen de ser meros habitantes y pasen a ser auténticos ciudadanos. Es necesario asumir una civilidad activa, que no rehúya incluso, cuando corresponde, el compromiso político, pero un compromiso honesto, generoso, servicial, inspirado por un sereno patriotismo”, aseveró.
El arzobispo explicó que “se trata de recrear una situación de verdadera justicia. Se habla con mucha frecuencia de una mejor distribución de la riqueza, pero vemos que pasan los años y al mismo ritmo la riqueza pasa de manos. Ahora está en otras manos, pero son siempre pocas y siempre para frustración de los más pobres, de los pobres de siempre y de los nuevos pobres, que son muchos”.
“Por eso, nuestra condición de cristianos nos impone un compromiso muy serio a favor de nuestra patria. Nosotros que creemos en la Resurrección de Cristo y que participamos de las energías de la resurrección, nosotros que estamos destinados a la vida eterna y que somos, como dice San Pablo, ciudadanos del cielo, sin embargo tenemos que aprender incesantemente a ser buenos ciudadanos de esta tierra”, insistió.
Por último, monseñor Aguer precisó que “es aquel impulso de la esperanza que nos religa con la eternidad el que nos obliga, podríamos decir, a preparar la materia del Reino futuro con nuestro trabajo presente”, y opinó que esto es posible “si vivimos en la fe, la esperanza y el amor. Nosotros, que a veces miramos como meros espectadores lo que pasa a nuestro alrededor y nos horrorizamos de lo que vemos, nosotros debemos ser protagonistas principales, porque esa es la mejor manera de cumplir con nuestro destino pascual”.
¡Feliz Pascua de Resurrección!
fuente: aica.org

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