Carlos Artusa falleció el martes
11 de marzo por la mañana a raíz de problemas de salud. Realizaba el programa
radial “Fuente de Misericordia” por Fm Wilde y Fm María del Rosario.
Carlos tenía 69 años y fue el
impulsor de la Caravana Nacional de la Divina Misericordia. Desde distintos
puntos del país llegaban peregrinos hacia las Basílicas, Santuarios y lugares
de peregrinación para compartir la devoción y disfrutar momentos de fraternidad.
Además propagaba la Devoción a la
Divina Misericordia a través de su programa radial “Fuente de Misericordia” por
medio de distintas radios am y fm del Gran Buenos Aires. Lo acompañaban siempre
en su labor apostólica Marta Hernández, Rosita Garisto, Karina Rappa, Mirta
Scotto, Estefanía, Tito, Dolores, María Ester, y muchos más colaboradores. Poseía
poemas de su autoría que eran difundidos por sus programas.
Cuando el actual Papa Francisco
era entonces Cardenal participaba de algunas Caravanas. El año pasado Artusa
había recibido un saludo papal por su labor en la propagación de la devoción. Antes
había recibido varios premios y distinciones por su programa radial como mejor
programa de contenido religioso. También una distinción del CODIMEC del Obispado
de Avellaneda Lanús por su compromiso en la difusión de los valores. En el
portal Catholic Net publicó varios artículos de su autoría y fue considerado un
laico ejemplar.
Carlos Artusa, fiel devoto de
Jesús Misericordioso y Santa Faustina, fue un ejemplo de vida cristiana junto a
su esposa Carmen y sus hijos Carlos y Claudia.
Hace algunos años había tenido un
accidente laboral en el cual casi pierde una mano, que tuvieron que
reimplantarle. En aquel momento tuvo un encuentro muy fuerte con Dios, y a
partir de allí todos estos últimos años ofreció todo su amor, cariño y alegría
a la gran obra de propagación del amor de Jesús a todos.
Como legado nos ha dejado no solo
todo su trabajo plasmado en su material difundido a través de las radios, dos
libritos publicados por Editorial Claretiana (dedicado a Jesús y a la Madre de
la Misericordia) y las Caravanas, sino que él ha sido un testimonio de vida
ejemplar, un reflejo del evangelio llevado en la vida cotidiana. Un ser que ha
transmitido fielmente lo que sentía su corazón, que a toda voz y en todo lugar
decía “Jesús, en vos confío. Señor tén Misericordia de nosotros y del mundo
entero”.
Quienes lo conocieron saben y de
alguna manera han podido comprobar que la santidad es posible, que la bondad es posible, que el amor y la
alegría es posible en los corazones que se dejan atrapar por Dios, el Dios que
él tanto amó hasta el final, hasta el último segundo de su vida en esta tierra
pasajera. Este lugar donde transitoriamente estamos hasta pasar a la vida eterna,
la morada donde ya no hay dolor, ni tristeza, ni sufrimiento. Allí donde ahora
está junto a nuestro amado Jesucristo y a nuestra amada Virgencita.
Carlos siempre estarás presente
en nuestros corazones. Gracias por la amistad, servicio y dedicación con todo
el corazón.
Alejandro Barbieri y Paula Garcia
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